Las especies xerófilas presentan estrategias adaptativas naturales que les permiten resistir de mejor manera el déficit hídrico. Dicha capacidad nos entrega una ventaja importante a la hora de planificar la composición y estructura de un paisaje futuro adaptado a condiciones climáticas más restrictivas. La presente publicación nos reseña los principales elementos de este tipo de formaciones que podemos considerar para favorecer un consumo de agua más eficiente y generar paisajes más sustentables.

Con respecto al cambio climático y al uso eficiente del recurso hídrico, han surgido diferentes necesidades para utilizar de mejor manera el agua en todo el globo, buscando diferentes mecanismos que ayuden a utilizar este recurso eficientemente. Dentro de las técnicas más comunes para preservar el recurso hídrico está la canalización de los cursos de agua, los que disminuyen perdidas por percolación y escurrimiento, la tecnificación del riego, aumentado desde un 40% en el aprovechamiento de agua en un sistema sin tecnificación hasta en un 95% el uso del agua para sistemas de riego con goteo (Antúnez, et al., 2010).

En este mismo sentido, existen otras técnicas en el diseño de las áreas verdes que ayudan a preservar el uso del agua, creando espacios que se comporten de manera sustentable y que pueden bajar los manejos de mantención e intervención. Dentro de las técnicas más eficientes es manejar las condiciones del sitio o ambiente, por lo que es recomendable utilizar plantas autóctonas, las que tienen necesidades de agua similares a las que entrega en ambiente. En este sentido, se ha vuelto común utilizar en la composición de paisajes plantas exóticas que además poseen adaptaciones para soportar periodos de régimen hídrico, siendo utilizados con este fin las composiciones xerofitas (Grainger, et al., 1992).

Foto 1: Ejemplo de paisaje de matorral xerófito.

Foto 1: Ejemplo de paisaje de matorral xerófito.

Fuente: Imagen extraída de la red, autor no conocido, Octubre 2018.

 

La denominación xerofita agrupa a las plantas que específicamente están adaptadas para habitar en un medio seco, tolerando largos periodos de sequía, situándose en zonas de clima árido, semiárido y subhúmedas. Estas plantas tienen diferentes adaptaciones fisiológicas en sus órganos, llegando a nivel celular para mantener el equilibrio hídrico de los tejidos, teniendo diferentes mecanismos, de los cuales se presentan:

  • Cierre estomático: una apertura estomática corta, haciendo eficiente el cerrado rápido de los estomas para evitar desecación de las células (Giraudat et al., 1994; Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Cutícula gruesa e impermeable: constan de capas cerosas o resinosas, hidrofóbicas, que evitan la perdida de agua (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Disminución en el tamaño y numero de hojas: hojas pequeñas disipan mejor el calor (Larcher, 2003; Taiz y Zeiger, 2002).
  • Defoliación en periodos secos: dependiendo de la disponibilidad de agua algunas plantas pierden el follaje, realizando la fotosíntesis a bajos niveles células de los tallos (Taiz y Zeiger. 2002; Valladares et al., 2004; MadridAzcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Hojas paralelas a rayos solares: absorben menor radiación y se reduce la presión de vapor (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Disposición de estomas: se aumenta la resistencia de la capa limite sobre los poros estomáticos al tener loso estomas en el fondo de las criptas (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Estomas en una sola superficie: se disminuye la turgencia foliar al concentrar estomas en el envés de la hoja, pudiendo enrollarse para crear una atmosfera húmeda y protegida (Taiz y Zeiger. 2002).
  • Color verde claro o brillante para reflejar luz: absorben menor radiación, bajan la radiación absorbida y reducen la presión de vapor (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Almacenamiento de agua: presentan tejidos almacenadores de agua, altamente vacuolizados (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Mecanismos fotosintéticos: algunas plantas presentan un mecanismo llamado Metabolismo Ácido de las Crasuláceas o CAM, donde la apertura estomática se presenta en las noches impidiendo la perdida de agua por fotorrespiración (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).
  • Presencia de espinas: sufren modificaciones a nivel foliar o caulinar (Begg, 1980).
  • Sistema radical: adaptaciones de raíces profundas para absorber mejor el agua y/o raíces superficiales para mejorar la captación de pluviometría (Azcón-Bieto, J. y Talón, 2008).

Existen varias especies con diferentes adaptaciones para confeccionar jardines de tipo xerofito, siendo populares en las composiciones de paisajes las suculentas, ya que estas plantas poseen varias adaptaciones de las descritas anteriormente. Dentro de esta clasificación se encuentran las siguientes familias:

  • Cactaceae
  • Aizoaceae
  • Portulacaceae
  • Euphorbiaceae
  • Crassulaceae
  • Agavaceae
  • Dracenaceae
  • Nolinaceae
  • Aloaceae
  • Asclepiadaceae
  • Apocynaceae

 

Foto 2: Ejemplo de composición de paisaje con especies suculentas.

Fuente: Imagen extraída de la red, autor no conocido, Octubre 2018.

 

También existen una serie de plantas no suculentas, que tienen diferentes adaptaciones para ser consideradas xerofitas, que además aportan otros elementos en la composición de los paisajes, donde se encuentran desde especies herbáceas a arbóreas, las que aportan diferente movimiento y color por sus llamativas flores, encontrándose especies pertenecientes a las familias:

  • Mimosaceae
  • Caesalpinaceae
  • Papilionaceae
  • Simaroubaceae
  • Chenopodiaceae
  • Berberidaceae
  • Sterculiaceae
  • Verbenaceae
  • Bignoniaceae
  • Rosaceae
  • Rhamnaceae
  • Myrtaceae
  • Moraceae
  • Anacardiaceae
  • Apocynaceae
  • Arecaceae
  • Lamicaceae
  • Poaceae

 

Foto 3: Ejemplo de composición de paisaje con verbenaceae, lamiaceae y poaceae.

Fuente: Imagen extraída de la red, autor no conocido, Octubre 2018.

Las especies de las familias anteriormente mencionadas se utilizan en conjunto para la creación de paisajes xerofitos, combinándolas según la utilización del espacio para diseñar un paisaje que tenga el uso racional del agua. Finalmente, se puede establecer una gran variedad de paisajes, los cuales se identifican como sustentables, no solo por su bajo requerimiento hídrico, si no también en la baja mantención que requieren.

 

Referencias

Antúnez, A., Mora, D. y Felmer, S. 2010. Eficiencia en sistemas de riego por goteo en el secano. Revista Tierra Adentro enero – febrero, INIA.

Azcón-Bieto, J. y Talón M. 2008. Fundamentos de fisiología vegetal 2ªEd. McGraw-Hill Interamericana de España, S.A.U., Madrid.

Begg, J. 1980. Morphological adaptation of leaves to water stress. In: Turner, N. y Kramer, P. (Eds.) Adaptations of Plants to Water and High Temperature Stress, John Wiley and Sons. New York. USA. pp. 7-20.

Giraudat, J., F. Parcy, N. Bertauche, F.J.L. Gosti y P.C. Morris, M. Bouvier-Durand y N. Vartanian. 1994. Current advances in abscisic acid action and signalling. Plant Mol. Biol. 26, 1557- 1577

Grainger, A. Characterization and assessment of desertification processes. In: Desertified grasslands: their Biology and Management. (Ed. Chaman, G.P.) 17-34 (Academic Press, Londres, Gran Bretaña, 1992).

Larcher, W. (2003). Plant under stress. En: Larcher W. (ed). Physiological Plant Ecology: Ecophysiology and

Taiz, L. y Zeiger, E. 2002. Fisiología del estrés. En: Fisiología Vegetal (Vol.II). Universitat Jaume I, Castelló de la Plana.

Valladares, F., Vilagrosa, A., Peñuelas J., Ogaya, R., Camarero, J.J., Corcuera, L., Sisó, S., Gil-Pelegrín, E. 2004. Estrés hídrico: ecofisiología y escalas de la sequía. Páginas: 163-190 En: Valladares, F. Ecología del bosque mediterráneo en un mundo cambiante. Ministerio de medio ambiente, Egraf, S.A., Madrid

 

 

 

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