1. Introducción

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) define al Cambio Climático como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables (IPCC, 2014), este cambio corresponde a una variación significativa y duradera de los patrones climáticos a nivel global y local, que entre sus causas destacan principalmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Estas actividades generan un aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), siendo el dióxido de carbono (CO2) uno de los más relevantes. Estos gases impiden que el calor se irradie fuera de la atmósfera provocando el calentamiento de la superficie terrestre, fenómeno que a la luz de las evidencias científicas se ha trasformado en uno de los mayores retos que hoy enfrenta la humanidad.

Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático, cumpliendo con siete de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciadas por la CMNUCC:

  • Áreas costeras de baja altura
  • Zonas áridas y semiáridas
  • Zonas de bosques
  • Territorio susceptible a desastres naturales
  • Áreas propensas a sequía y desertificación
  • Zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica
  • Ecosistemas montañosos.

2. Principales consecuencias del cambio climático en Chile

2.1. Cambios en la disponibilidad de agua

En la zona centro-sur del país, se ha observado una disminución estadísticamente significativa de las precipitaciones (Quintana y Aceituno, 2012; Schulz et al, 2011). Hacia el año 2030, se proyecta una disminución de la precipitación entre 5% y 15%, para la zona comprendida entre las cuencas de los ríos Copiapó y Aysén. Por su parte, para el período 2031 – 2050, se intensificaría la disminución de la precipitación. La zona ubicada entre las cuencas de los ríos Mataquito y Aysén, muestra una señal robusta de disminución de las precipitaciones para dicho período, en tanto que en la zona de Magallanes, los modelos proyectan un leve aumento de estas, aunque con una menor precipitación nival.

A su vez, se espera un marcado aumento de los eventos de sequía, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XXI, proyectándose hacia fines de siglo una ocurrencia de más de 10 veces en 30 años (CEPAL, 2009). Pese a que el número de eventos de precipitación extrema tiende a decrecer en gran parte del país, la ocurrencia de eventos de alta precipitación con temperaturas elevadas, aumenta con respecto a la situación actual. Según lo expuesto por Villarroel (2013), el análisis de índices de eventos extremos muestra que han aumentado las noches cálidas desde el Norte Grande a Coyhaique, con disminución de las noches frías. En Santiago, que posee la serie de tiempo de datos diarios más larga del país, se registra un aumento de las olas de calor, definidas como 3 días consecutivos por sobre el percentil 90 %, que corresponde a los 32.4°C.

Por su parte, en un estudio desarrollado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA, 2016) se detalla que a nivel macro existirá una declinación de las precipitaciones en toda la zona central durante lo que resta del siglo, en particular entre las regiones de Valparaíso y Biobío.

En Chile se ha determinado que en general los ríos presentan indicadores de estrés a partir de la Región Metropolitana al norte, este estrés se debe principalmente a la estacionalidad de la demanda de agua en esta zona, siendo la agricultura el principal consumidor de este recurso (Universidad de Chile, 2012). Cabe señalar, que estudios realizados con modelos hidrológicos a escala global, muestran que la escorrentía aumentaría en latitudes altas y en los trópicos húmedos, y disminuiría en latitudes medias y en ciertas partes de los trópicos secos (Bates, et al., 2008).

El retroceso de glaciares sería significativo, afectando los aportes de agua en los períodos secos. En el extremo austral (entre 50 y 55°LS), se espera un leve aumento de los caudales disponibles. Para el Norte Grande y Norte Chico, habría una mayor ocurrencia de períodos de escasez hídrica y eventos de lluvias extremas. En este sentido, Conaf (2018) indica que se ha percibido una disminución de los depósitos de nieve y del tamaño de los glaciares en un 58% de las Áreas Silvestres Protegidas y un aumento en un 15% de éstas.

Figura 1. Tendencia de las precipitaciones anuales 1901 – 2000
Fuente IPCC, 2002.

Figura 2. Cambio de precipitaciones 2071–2100 relativo al periodo 1961–1990.
Fuente IPCC, 2002.

2.2. Cambios en la temperatura

En la actualidad el régimen térmico de Chile ha mostrado cambios que se han manifestado de forma disímil en la costa y el interior. En zonas costeras las temperaturas máximas han presentado una tendencia a la baja con veranos más frescos, mientras que las mínimas han aumentado. En áreas interiores, hay una tendencia al alza en las mínimas y máximas. En relación a predicciones basadas en estudios técnicos, se afirma que a futuro en todo el país se experimentaría un aumento de las temperaturas de forma general, con un mayor incremento en la zona norte. Hacia el año 2030, habría un aumento de, a lo menos, 0,5°C para las zonas sur y austral y de 1,5°C para el norte grande y el altiplano, según el escenario de menores emisiones de GEI. Estos valores se incrementarían para el período 2031 – 2050 (MMA, 2017). Con respecto a las olas de calor, a nivel global, éstas han aumentado en frecuencia e intensidad con episodios descritos en gran parte de Europa, Asia y Australia (IPCC, 2013). Se ha detallado por parte del IPCC (2013) que en el futuro es prácticamente seguro que en la mayoría de las zonas continentales se produzcan temperaturas extremas altas más frecuentemente, por lo cual es probable que las olas de calor se presenten con mayor frecuencia y de manera más duradera.

Figura 3. Tendencia de las temperaturas anuales 1901 – 2000
Fuente IPCC, 2002

Figura 4. Cambio de temperatura media anual 2071–2100 relativo al periodo 1961–1990
Fuente IPCC, 2002.

2.3. Impactos sobre biodiversidad

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, 2002), indica algunos de los principales impactos del cambio climático sobre los ecosistemas y la biodiversidad a nivel mundial:

  • Se espera que el cambio climático afecte a todos los aspectos de la biodiversidad y se le considera como una presión adicional a las múltiples actividades humanas que han causado y seguirán causando una pérdida en biodiversidad, a nivel mundial.
  • El efecto general del cambio climático, provocado por el ser humano, muestra que los hábitats de muchas especies se desplazarán hacia los polos o hacia altitudes mayores respecto de sus emplazamientos actuales.
  • Es probable que se modifique la composición de la mayoría de los ecosistemas actuales, ya que es difícil que las especies que componen dichos ecosistemas cambien de emplazamientos todos a la vez.
  • Se esperan cambios en la frecuencia, intensidad, extensión y emplazamiento de las alteraciones, tanto climáticas como no climáticas, que afectarían la forma y el régimen ambiental actual de los ecosistemas, los que serán probablemente remplazados por nuevos grupos de plantas y animales.
  • El riesgo de extinción va a aumentar para muchas especies que ya son vulnerables.
  • El cambio climático ya está forzando a la diversidad biológica a adaptarse a través de cambios en su ciclo de vida o el desarrollo de nuevos rasgos físicos. Con respecto a la interdependencia de los impactos del cambio climático sobre la diversidad biológica, el IPCC plantea lo siguiente:

Los cambios en la biodiversidad, a escala de ecosistemas y paisajes naturales, como respuesta al cambio climático y otras presiones (tales como la deforestación y los incendios forestales), podrían afectar aún más al clima mundial y regional. Entre los impactos estimados en América Latina por el cambio climático el IPCC incluye:

  • Un aumento en la velocidad a la que se pierde la biodiversidad.
  • Impactos adversos en bosques nublados, bosques tropicales (de hoja caduca) y zonas de matorrales secos de forma estacional, los hábitats de zonas bajas (arrecifes coralinos y manglares) y los humedales en el interior.
  • La pérdida y retirada de glaciares podría afectar de forma adversa la descarga y el suministro del agua en áreas en donde el derretimiento de los glaciares es una fuente importante de este vital elemento, afectando la estacionalidad de sistemas tales como las lagunas en los páramos que contienen una gran cantidad de biodiversidad.
  • Inundaciones y sequías más frecuentes, con inundaciones que aumentan la descarga de sedimentos, causando una degradación de la calidad del agua de los ecosistemas acuáticos, en algunas zonas.
  • Los ecosistemas de manglares se degradarían o se perderían a una velocidad de 1 a 1.7 % por año debido a la elevación del nivel del mar, lo que reduciría las poblaciones de algunos tipos de peces.
  • El cambio climático podría alterar los estilos de vida de los pueblos situados en las montañas, alterando la producción, ya marginal, de alimentos y la disponibilidad de recursos acuáticos, así como los hábitats de muchas especies que son importantes para la población indígena.
  • El cambio climático podría tener algunos efectos beneficiosos en los bancos de peces de agua dulce y en la acuicultura, aunque podrían existir importantes efectos negativos, dependiendo de las especies y de los cambios climáticos específicos en el ámbito local.

2.4. Calidad de suelos

La degradación del suelo agrícola es un problema relevante a nivel nacional. La falta de un manejo eficaz del suelo y de objetivos de conservación, incluido el establecimiento de plantaciones forestales, ha significado una importante pérdida de la fertilidad del suelo, desertificación e inundaciones. Algunas estimaciones señalan que la erosión afectará casi a la mitad de la superficie total, y que 9 millones de hectáreas presentan degradación en mayor o menor grado. El área afectada crece aproximadamente 40.000 hectáreas por año y la desertificación se está extendiendo a un ritmo de 6.000 hectáreas por año. La salinización del suelo en las áreas de regadío se explica por el uso de aguas salinas para riego, junto a técnicas de producción intensivas combinadas    con un uso poco eficiente del agua (OCDE y CEPAL, 2005).

2.5. Salud

Las alteraciones de parámetros climáticos, tales como precipitación, humedad y temperatura, podrían aumentar la ocurrencia de algunas enfermedades ya existentes en el país, facilitar la introducción de nuevas enfermedades y exacerbar el efecto de ciertas variables ambientales en la salud. Como ejemplo, en la zona centro‐sur del país, se espera un aumento de enfermedades transmitidas por roedores y garrapatas (hantavirus y rabia) y en el norte grande, se favorecería el desarrollo de enfermedades vectoriales, como malaria y dengue, ausentes hoy en Chile. La disminución de la calidad y disponibilidad de agua y alimentos, producto de sequías e inundaciones, podría tener impactos en la nutrición y calidad de vida de la población y en el incremento de la incidencia de algunas enfermedades no transmisibles. Los aumentos en la frecuencia e intensidad de las olas de calor y de los eventos climáticos extremos, tendrán impactos directos en la salud física y mental de la población. El deterioro en la calidad del aire, aumentado por la mayor frecuencia de condiciones meteorológicas de mala ventilación podría incrementar los problemas en la salud de la población, las muertes prematuras, disminución en el rendimiento de los cultivos agrícolas y daño a los ecosistemas.

2.6. Infraestructura

El aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos hidrometeorológicos extremos, tales como precipitaciones extremas asociadas a aluviones, aludes, desbordes de ríos e inundaciones, pondría en riesgo la infraestructura pública construida, como por ejemplo las obras de vialidad, puentes, puertos, infraestructura hídrica, etc., con impacto importante sobre los servicios provistos por estas obras: conectividad terrestre-marítima-aérea, provisión de agua potable, sistemas de evacuación de aguas y otros. Se espera un aumento en la intensidad y frecuencia de las marejadas, poniendo en riesgo a las poblaciones que habitan en el borde costero, dañando no sólo la infraestructura costera, sino también los servicios ambientales y actividades económicas asociadas, afectando la operación de puertos, caletas y playas.

2.7. Sector Silvoagropecuario

Se prevé un desplazamiento de los cultivos hacia el sur junto a una menor disponibilidad de aguas para riego en la zona centro, generando cambios en la producción y en los ingresos netos, siendo negativos en las zonas norte y centro, y positivos en las zonas sur y austral; también, es previsible efectos negativos no sólo sobre la cantidad sino que también sobre la calidad de los productos. Los más vulnerables serían los agricultores del secano interior y secano costero, entre las regiones de Valparaíso y del Biobío, los agricultores de los valles transversales y los ganaderos del secano.

2.8. Pesca y acuicultura

La captura de anchoveta podría verse incrementada si la temperatura superficial del mar (TSM) disminuye en 0,02°C/año pero ocurriría lo contrario si aumenta en 0,034 o 0,025°C/año (Yáñez et al., 2014). Se esperan leves disminuciones (alrededor del 5%) en las capturas de la pesca con palangre del pez espada si la TSM aumenta entre 1,0 y 2,3°C hacia el año 2050 (Silva et al., 201517). El cambio climático podría reducir significativamente la capacidad reproductiva de peces pelágicos (anchoveta, jurel, sardina) en la surgencia de Humboldt (Brochier et al., 2013). Según Fuenzalida et al. (2007), el nivel medio del mar se incrementaría entre 5 y 10 cm al año 2050 y entre 12 y 28 cm al año 2100. Es posible que el cambio en el nivel del mar no tenga efectos directos sobre los recursos cultivados pero sí sobre los centros de cultivo, por cambios de la salinidad de las aguas estuarinas. Además, es factible que dicho efecto favorezca la incidencia de plagas y/o enfermedades en los centros de cultivo.

2.9. Turismo

El establecimiento de una condición más tropical en el norte del país, puede tener efectos positivos en el turismo de costa; sin embargo, otros impactos sobre este sector serían negativos, como el ascenso de la línea de nieves, el derretimiento de glaciares, la aceleración de los ciclos reproductivos de distintas plagas (CCG, 2013) y la incidencia de eventos extremos. Un impacto negativo en los campos de hielo y glaciares de la zona austral, conllevaría efectos negativos sobre el turismo, que representa una parte importante de las actividades económicas de la región. Por otra parte, el estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, sigla en inglés) respecto al impacto del cambio climático en el patrimonio mundial y el turismo (World Heritage and Tourism in a Changing Climate) hace referencia a Rapa Nui como uno de los 6 sitios prioritarios más vulnerables del mundo.

2.10. Ciudades

El aumento de temperatura y reducción de precipitaciones preocupa especialmente en las ciudades, que son las zonas donde se concentra la mayor parte de la población chilena y donde la demanda por el recurso hídrico aumentará. Las olas de calor pueden verse acentuadas por las características de la urbanización. Se proyecta una presión adicional sobre el suministro de agua potable (con inversión mayor para alcanzar la calidad normada), el alcantarillado, los sistemas de energía y los servicios de transporte; también, se espera una mayor presión sobre los servicios de salud, especialmente entre la población de estratos socioeconómicos más bajos (Proyecto CAS, 2012). También se prevé un aumento de condiciones de mala ventilación para los valles centrales de Chile en la época de invierno con el consiguiente agravamiento de los problemas de contaminación atmosférica existentes.

3. Conclusiones

Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático, cumpliendo con siete de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciadas por la CMNUCC. Razón por la cual se prevé cambios importantes en los diferentes componentes de la naturaleza y el medio ambiente, tales como; la disponibilidad del recurso hídrico, las temperaturas, la biodiversidad, la calidad de los suelos. Lo cual generará, por consecuencia, alteraciones en componentes socio-económicos de importancia como; la salud de la población, la infraestructura, el sector silvoagropecuario, la pesca y la acuicultura, el turismo asi como en los grandes centros poblados del país.

En este sentido destacan algunos elementos claves:

  • Hacia el año 2030, se proyecta una disminución de la precipitación entre 5% y 15%, para la zona comprendida entre las cuencas de los ríos Copiapó y Aysén.
  • A nivel macro existirá una declinación de las precipitaciones en toda la zona central durante lo que resta del siglo, en particular entre las regiones de Valparaíso y Biobío.
  • Se ha determinado que en general los ríos presentan indicadores de estrés a partir de la Región Metropolitana al norte, este estrés se debe principalmente a la estacionalidad de la demanda de agua en esta zona, siendo la agricultura el principal consumidor de este recurso.
  • El retroceso de glaciares sería significativo, afectando los aportes de agua en los períodos secos.
  • En la actualidad el régimen térmico de Chile ha mostrado cambios que se han manifestado de forma disímil en la costa y el interior. En zonas costeras las temperaturas máximas han presentado una tendencia a la baja con veranos más frescos, mientras que las mínimas han aumentado. En áreas interiores, hay una tendencia al alza en las mínimas y máximas. En relación a predicciones basadas en estudios técnicos, se afirma que a futuro en todo el país se experimentaría un aumento de las temperaturas de forma general, con un mayor incremento en la zona norte.
  • La degradación del suelo agrícola es un problema relevante a nivel nacional. La falta de un manejo eficaz del suelo y de objetivos de conservación, incluido el establecimiento de plantaciones forestales, ha significado una importante pérdida de la fertilidad del suelo, desertificación e inundaciones.
  • Las alteraciones de parámetros climáticos, tales como precipitación, humedad y temperatura, podrían aumentar la ocurrencia de algunas enfermedades ya existentes en el país, facilitar la introducción de nuevas enfermedades y exacerbar el efecto de ciertas variables ambientales en la salud.
  • El aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos hidrometeorológicos extremos, tales como precipitaciones extremas asociadas a aluviones, aludes, desbordes de ríos e inundaciones, pondría en riesgo la infraestructura pública construida
  • Se prevé un desplazamiento de los cultivos hacia el sur junto a una menor disponibilidad de aguas para riego en la zona centro, generando cambios en la producción y en los ingresos netos, siendo negativos en las zonas norte y centro, y positivos en las zonas sur y austral; también, es previsible efectos negativos no sólo sobre la cantidad sino que también sobre la calidad de los productos.
  • El establecimiento de una condición más tropical en el norte del país, puede tener efectos positivos en el turismo de costa; sin embargo, otros impactos sobre este sector serían negativos, como el ascenso de la línea de nieves, el derretimiento de glaciares, la aceleración de los ciclos reproductivos de distintas plagas y la incidencia de eventos extremos.
  • El aumento de temperatura y reducción de precipitaciones preocupa especialmente en las ciudades, que son las zonas donde se concentra la mayor parte de la población chilena y donde la demanda por el recurso hídrico aumentará. Las olas de calor pueden verse acentuadas por las características de la urbanización.

4. Referencias

  • AGRIMED. 2012. Plan de acción para la protección y conservación de la biodiversidad, en un contexto de adaptación al cambio climático. Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la Universidad de Chile.
  • Bates, B.C., Z.W. Kundzewicz, S. Wu y J.P. Palutikof, Eds. 2008: El Cambio Climático y el Agua. Documento técnico del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Secretaría del IPCC, Ginebra, 224p.
  • Brochier, T., Echevin, V., Tam, J., Chaigneau, A., Goubanova, K., Bertrand, A., 2013. Climate change scenarios experiments predict a future reduction in small pelagic fish recruitment in the Humboldt Current system. Global Change Biology. pp 19:1841-1853.
  • Centro de Cambio Global. 2013. Propuesta de Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. PUC, Santiago de Chile.
  • CEPAL, 2009. La economía del cambio climático en Chile: síntesis. Naciones Unidas, Santiago de Chile.
  • Corporación Nacional Forestal (CONAF). 2018. Documento Testimonial y de Análisis de los Efectos del Cambio Climático en el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado. Santiago. Chile. 76p.
  • Fuenzalida, R.; Schneider, W.; Blancos, J.L.; Garcés-Vargas, J. y Bravo, L. 2007. Sistema de corrientes Chile-Perú y masas de agua entre Caldera e Isla de Pascua. Cienc. Tecnol. Mar pp 30(2):5-16.
  • IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2002. Cambio climático y biodiversidad.
  • IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2013. Cambio climático 2013. Bases físicas
  • IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2014: Annex II: Glossary [Mach, K.J., S. Planton and C. von Stechow (eds.)]. In: Climate Change 2014: Synthesis Report. Contribution of Working Groups I, II and III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change pp. 117-130.
  • Ministerio de Medio Ambiente. 2017. Plan de Acción Nacional de Cambio Climático 2017-2022.
  • Ministerio de Medio Ambiente (MMA). 2016. Elaboración de una base digital del clima comunal de Chile: línea base (1980-2010) y proyección al año 2050.
  • OCDE y CEPAL (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y Comisión Económica para América Latina y El Caribe), 2005. Evaluaciones del desempeño ambiental: Chile (LC/L.2305), Santiago de Chile.
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  • Quintana, J. and Aceituno, P. 2012. Changes in the rainfall regime along the extratropical west coast of South America (Chile): 30-43ºS. Atmósfera 25(3450):1-22.
  • Schulz, N., Boisier, J. P., y Aceituno, P. 2011. “Climate change alogn the arid coast of norhtern Chile”. International Journal of Climatology. doi: 10.1002/joc.2395
  • Universidad de Chile. 2012. Estado Del Medio Ambiente en Chile 2012. Instituto de Asuntos Públicos (INAP), Centro de Análisis de Políticas Públicas (C APP). 296p.
  • Villarroel, C. 2013. Eventos extremos de precipitación y temperatura en Chile: proyecciones para fines del siglo XXI. Tesis para optar al grado de Magíster en meteorología y climatología, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile.
  • Yáñez E., M.A. Barbieri, F. Plaza & C. Silva. 2014 Climate Change and Fisheries in Chile. In: Mohamed Behnassi, Margaret Syomiti Muteng’e, Gopichandran Ramachandran & Kirit N. Shelat (Editors). Vulnerability of Agriculture, Water and Fisheries to Climate Change: Toward Sustainable Adaptation Strategies, Springer, pp 16:259-270.

 

 

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